sábado, 5 de diciembre de 2009

Leyendas de pasion-1-


-Isabella...¿Debo quedarme?
La electrizo a la condesita. Con vergüenza de mirarle a la cara por temor de que el pudiera leeer en sus ojos lo que sentía,y clavando resueltamente la mirada en sus rodillas,Isabella respondio con un solo movimiento negativo de cabeza.
Sentía que el la miraba fijamente. Su corazón latía con violencia >La pregunta se introdujo en su corazón,en su mente y en su alma. Cerro los ojos.
-Dios mio,eres tan joven que me partes el corazón-dijo el en un tono extraño,brusco.
Antes de que ella supiera que proponía estaba sentado en la cama junto a ella,deslizando la mano bajo su barbilla para levantarse la.
-No sabia que hubiera muchachitas así en ningún parte del mundo.
Con la mano de Alec bajo su barbilla,inclinándole hacia arriba la cabeza,ella le miro por fin. Lo que vio hizo temblar sus rodillas. Alec estaba cerca,tan cerca que ella puto ver las vetas oscuras que jaspeaban sus dorados ojos. Isabella clavo la vista en esas parpadeantes honduras y quedo perdida. Sus dedos, súbitamente débiles,soltaron la manta,que resbalo hacia abajo. Los ojos de Alec la siguieron; luego se alzaron de nuevo hasta los de ella. Sus espesas pestañas,varios tonos mas oscuras que su cabello,lanzaban sombras sobre sus altos pómulos. Tenia los labios un poco entreabiertos. Mientras el la miraba con atención, Isabella vio que en las doradas profundidades se habían encendido llamas diminutas. Como hipnotizada ,no pudo moverse cuando esos ojos ardientes se clavaron en su boca.
-Me dejas sin aliento-murmuro el.
Y luego se inclino para rozar los labios de Isabella con los suyos. Si hubiese muerto en ese momento lo habría hecho feliz. El contacto de los labios de Alec sobre su boca fue la sensación mas exquisita que había experimentado en su vida. Le atravesó el fuego,abrasando sus sentidos,haciéndole doblar los dedos de los pies. En una reacción que le surgió tan naturalmente como respirar,bajo los párpados y entreabrió los labios.
Fue un beso brevísimo.
Al mismo tiempo que el mundo de Isabella se mecía sobre su eje,Alec retiro la boca y se volvió a sentar. Su mano aun sostenía la barbilla de la joven.El pulgar acariciaba la línea frágil de su mandíbula.Tras un largo momento,ella abrío lentamente los ojos y le miró con atencion.Alec apenas si la había besado, y sin embargo,el mundo entero parecía diferente. Ella era diferente.Por primera vez en su vida supo lo que era desear que un hombre la tocara.
Alec le devolvió la mirada con sus dorados ojos levemente entrecerrados. Parecía un hombre que habia recibido una sorpresa,y no especialmente agradable.
Abrió la boca como para decir algo.Isabella,que no quería ser devuelta a la realidad todavía,alzó una mano para tocarle la cara.Sus dedos rozaron apenas la mejilla del Tigre, y sin embargo el contacto produjo ondas de emoción en lo más profundo de su ser.Aunque él se había efeitado antes,los inicios de una barba le hacían áspera la piel.Tenía el rostro muy ardiente. Cuando le tocó,los dedos de Isabella hormiguearon.Retiro la mano con rapidez.
Alec atrapó esa mano fugitiva y llevándosela a la boca,le besó el dorso de los nudillos.Luego,ante la mirada de Isabella,cuyos ojos se oscurecian de sentimiento ,le besó casda dedo por separado,introduciéndose la punta de el en la boca y chupándolo levemente.Cuando terminó Isabella contenia el aliento.Nunca en su vida había experimentado las sensaciones que vivia en ese momento.
-Alec...
Cuando él le buscó la otra mano para repetir la acción,Isabella sacudió la cabeza y se la puso puerilmente a la espalda. Una especie de pánico la asaltó al darse cuenta de que la boca del estómago le temblaba sin poder evitarlo. Con tanto dominio sobre sus propias acciones como una ramita arrastrada por un río embravecido comprendió que era atraída por corrientes traicioneras a profundidades peligrosas.
Entonces Alec Tyron le sonrió,con una sonrisa adormilada,perezosa,tan seductora como lo habían sido sus besos.
-¿Tímida,condesa?- preguntó suavemente. La palabra fue al mismo tiempo una burla y una caricia.
Le sonreía sujetándole la mano y acariciándole con el pulgar el dorso de los nudillos. La luz del fuego se reflejaba en sus ojos e iluminaba facciones que habían sido esculpidas por la mano de un maestro. El cabello leonado le caía hasta unos hombros tan anchos,que impedían a Isabella ver la chimenea. Los duros contornos de su pecho estaban en sombras,mas oscurecidos aun por los verticiclos de rizado pelo que asomaban sobre los bordes del vendaje. Los músculos de sus brazos ondulaban y brillaban,delineados por el fuego en anaranjado. Tan guapo era,que con solo mirarle se secaba la boca.
-Eres majestuoso-susurro ella,conmovida ,y su otra mano surgió ciegamente para hacer lo que ella había estado queriendo hacer durante días:tocarle.
Sus dedos buscaron el brazo del hombre hasta posarse ligeramente donde el musculo sobresalía por encima del codo. Allí la piel era tibia y lisa como el raso contra las puntas de sus dedos,el musculo,abajo,duro como el hierro. El Tigre permaneció inmóvil mientras Isabella le pasaba los dedos a lo largo del brazo,pero a esta le pareció que de pronto el dejaba de respirar. Saber que podía conmoverlo tanto como el a ella era arrobador. Al apartar la mano del brazo de Alec,le sonrío trémulamente. Este le tomo la mano quemándole los ojos con los suyos. Luego se inclino hacia adelante lenta,muy lentamente,para posarse de nuevo en sus labios.
Isabella no hizo ningún intento para evitarlo. En cambio,su corazón pareció detenerse mientras esperaba el contacto de esos labios perfectamente esculpidos.
La boca de Alec era muy cálida,muy suave y muy dulce. Isabella sintió que su calor le llegaba hasta los pies. Cerrando los ojos,anuncio con un suspiro su rendición total. La sensación suscitada por los labios del Tigre era las mas exquisita que ella había experimentado en su vida. Alec le soltó las manos,que se movieron por su cuenta propia para apoyarse en los anchos hombros desnudos de este,hundiendo muy levemente las uñas en su carne. La mano izquierda del hombre se alzo para introducirse bajo el cabello de la joven,doblando sus largos dedos en torno al cráneo de ella,sosteniéndole la cabeza para besarla. Su mano derecha le acerco la cara a la suya.
Esta vez cuando la beso,la presión de sus labios fue mas firme. Le separo los labios con los suyos,en un beso todavía pausado,sin prisas. Su lengua broto para tocarle el labio inferior,correr por la linea de sus dientes,que permanecían cerrados para el.
-Abre la boca para mi.
Aunque las palabras fueron un mero susurro contra sus labios,Isabella las escuchó.Por un momento,la tumultuosa excitacion que se acumulaba en su interior tembló y amenazó derrumbarse.Antes había sido besada de ese modo...por Bernard...Su lengua,que sabía a vino servido en su cena de bodas,se le había metido casi hasta el fondo de la garganta,provocándole náuseas...
Pero la tibia dulzura de los labios de Alec Tyron contra los suyos borró el recuerdo de los de Bernard.Este beso no se parecía a ningún otro.Le hizo ansiar más.Obediente,le dejó entrar.
La lengua de Alec era lenta,caliente y suave,deslizándose entre sus labios,tocando sus dientes,su paladar,el interior de sus mejillas.Sabía levemente a tabaco y coñac,y mientras él la instruía en el dulce arte de besar,ella aspiró profunda,estremecidamente.Con su nariz tan cerca de la mejilla lisa y tibia de Alec,aspiró el embriagador aroma de ron con aceite.
La lengua del hombre tocó la suya,que se escondía detrás de sus dientes inferiores,la acarició y se retiro luego.
-Se supone que me has de devolver el beso-se quejó él en un susurro emocionado y burlón contra sus labios.
Sin darle tiempo a responder atrajo a su boca el labio inferior de la joven y se lo chupó.Isabella temblaba.Una serie de minúsculas contracciones rítmicas empezó a crecer desde una parte situada dentro de alguna parte del centro mismo de su ser.
-No sé qué hacer-confesó murmurando al oido de él mientras Alec le seguía la línea de la mandíbula con besos.
Ambos se miraron fijamente. Luego moviéndose lenta,muy lentamente,la mano derecha de Alec se deslizo sobre el esbelto arco del cuello de la joven,trazo la linea donde el cuello de encaje de su camisón se encontraba con su piel, toco apenas la delicada muselina de abajo.
Luego sus dedos bajaron todavía mas,probando la fragilidad de la clavícula de Isabella,deslizándose sobre la leve elevación de su pecho. Por fin la mano de Alec se poso en el seno de la joven, acomodándose sobre el pequeño montículo hinchado de modo que el pezón se clavo en el centro de la misma mano. La respiración de Isabella se detuvo.
Alec la había tocado antes de esa manera,haciéndole percibir su presencia. Pero ese había sido un contacto impersonal,diferente,despegado,insultante. Entonces ella le había odiado y temido. Ahora...ahora solo le deseaba mas de lo que había deseado algo en su vida.
La mano de Alec sobre su seno era escandalosamente, vergonzosamente intima, y ella adoraba esa sensación,que le enviaba temblores de pies a cabeza por las puntas de los nervios.
-Que maravillosa sensación-exhalo al tiempo que alzaba la mano para cubrir la de el,apretándola con mas firmeza sobre si misma.
Alecx contuvo bruscamente la respiración. Sus ojos destellaron hacia ella un momento antes de posar de nuevo su boca sobre la de ella,esta vez con mas dureza,exigiendo entrar. La joven le beso con una pasión de la cual nunca se había sentido capaz. Envolvió su cuello por los brazos,sujetándole contra si. El corazón le latía con tal fuerza que podía sentir como le golpeaba el pecho.
-Creo que podemos prescindir de esto,aunque es muy seductor-murmuro el,apartando su boca de la de ella tras un largo momento de embriaguez.
Isabella no puso objeciones cuando el tomo el bajo de su camisón y se lo alzo sobre la cabeza. Después Isabella,guiada por las manos del Tigre,se tendió de espalda,sdesnuda,y temblo de anhelo cuando la mirada de este recorrió su cuerpo.
-¡Que bella eres!- murmuro por fin con acento estremecido,mas áspero de lo normal.
La mano del Tigre acaricio la carne que ensalzaba. Sus dedos encontraron los pezones de Isabella, pellizcron suavemente las diminutas portuberancias.
Lanzando un grito,Isabella agito las piernas cuando un dolor como nunca habia sentido cobró vida,palpitante,entre ellas.
-Sssh,bueno amor...sssh.
Alec la apaciguo con la voz y con las manos,trazando ligeros círculos sobre sus senos hasta sentirla temblar bajo su contacto. Luego deslizo una mano por el cuerpo de la mujer,acariciándole el vientre,hurgándole un momento en el ombligo mientras ella se retorcía y gemía,y encontrando al fin el suave nido de pelo en el vértice de sus muslos. Isabella cerro los ojos mientras los dedos de Alec se entrelazaban con los diminutos rizos,para luego bajar deslizándose entre los muslos. La palma de la mano del Tigre,apretándola, inflamo el dolor convirtiéndolo en un placer ardiente,casi doloroso,que la hizo estremecer.
-Eso es,mi amor. Abre las piernas para mi,
Con los ojos bien cerrados y el cuerpo en llamas,Isabella no pudo hacer otra cosa que obedecer esa voz suave,seductora. Abrio las piernas para el,temblando sus esbeltos muslos pálidos cuando el acaricio la suavidad interior.
Alec encontró el lugar húmedo y secreto que buscaba y la acaricio encima de el. Luego le introdujo ligeramente un dedo. Isabella lanzo una exclamación ahogada de aflicción. La sensación era demasiado exquisita para soportarla. Sus piernas se juntaron en una reacción refleja,pero el se negó a retirar la mano. En cambio la apretó de nuevo contra la palma de la misma. Desde ese punto central saetas de fuego le atravesaron de arriba abajo,haciéndola temblar de pies a cabeza.
Entonces,como ella seguía negándose a ceder,le introdujo el dedo todavía mas hondo. Isabella gimió y sus piernas se relajaron al fin. Alec no dejo de mover el dedo dentro de ella cuando bajo la cabeza para rozarle los senos. Tomándole un pezón en la boca,se lo mordió suavemente, succionándolo como un bebe. El exquisito calor de su boca hizo pardeara y abrir los ojos a Isabella.
Lo que ellos vieron los agrandó de sorpresa.
Estaba desnuda; su cuerpo relucía blanco en la oscuridad. Alec se alzaba encima de ella,sus ojos eran meras ranuras doradas al enfocarse en el cuerpo de ella,su piel era de un suntuoso bronce leonado donde se apoyaba contra su palidez. Las delgadas piernas de la joven estaban permisivamente abiertas y la oscuridad de la mano del hombre se movia entre sus palidos muslos. Ante la mirada de ella,aturdida de pasión, Alec trasladó su atenciones de un estremecido seno al otro. Dulcemente le besó el pezon. Luego sacó la lengua para frotarlo, rotándola sobre el endurecido capullo hasta que por fin se lo metió completamente en la boca.
La boca de Alec en su seno fue al mismo tiempo la visión más indecente y más excitante que había visto en su vida.
Alec aspiro profunda y temblorosamente; luego alzo la cabeza del seno de Isabella.La mano que había estado ofreciendo a la joven sensaciones inimaginables se alzo también y se desplazo hacia los botones de sus propios pantalones. Ambos se observaron detenidamente,enmudecidos,mientras el se libraba de sus pantalones. El corazón de Isabella latía con tanta fuerza que sonaba como redobles de tambores en sus oídos. Ella sabia lo que venia luego...el introduciría en ella su parte viril y la bombearía hasta derramar su néctar. Alec la observaba dándole tiempo a objetar si queria, dandole tiempo para cambiar de idea.
Ella podía negarse y el se detendría. Había dicho que no impondría sus atenciones a una mujer que no lo deseara,y ella le creía. Pero lo deseaba. Alec temblaba. Isabella podía ver como vacilaba la mano con la que desabrochaba sus pantalones. A ella le dolía el cuerpo por el,le ardía por el,se derretía por el.
La parte viril que el desnudo era enorme por el deseo de poseerla. Y sin embargo,estaba simplemente observándola con esos dorados ojos en llamas,dándole tiempo para objetar.
Isabella lanzo un lleve lloriqueo gutural y arqueo la espalda hacia el en silenciosa ofrenda. Alec cerro los ojos,sus respiración se detuvo.
-Isabella...
EN pocos segundos estuvo encima de ella,enorme,caliente y pesado al apretarla contra el colchón, deslizando la mano entre ambos cuerpos al tratar de ponerse en posición para penetrarla.
Finalmente la joven respiro en un gran sus suspiro desigual y abrió mas las piernas para el. Instintivamente doblo las rodillas y el penetro. Los dientes de Isabella se clavaron en su labio inferior. Sus brazos rodearon el cuerpo del hombre,hundiéndole las uñas en los omoplatos que tanto había admirado. Echo atrás la cabeza al arquear el cuerpo. Alec hundió la cara en la curva entre su cuello y su hombro. Tenia la boca abierta húmeda y tibia al besarle el cuello.Y entonces se empezo a mover.
Isabella gimió al sentir que una tempestad de fuego crecía en su interior. Cuando al fin exploto en un millón de diminutas llamas,lanzo un grito.
-Jesus Todopoderoso...
Pudo haber sido una maldición o una plegaria. Isabella no lo sabia. Tan solo sabia que el se hundió en ella,en ese instante de su mas profunda dicha,con su ansia salvaje y un grito mas salvaje aun, manteniéndose dentro mientras su cuerpo fuerte y delgado se convulsionaba con largos estremecimientos. Finalmente se derrumbo encima de ella. Agotado,se quedo inmóvil,y la joven lo envolvio con sus brazos,arrimando la mejilla a su corazón, que aun latía con violencia.

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