lunes, 28 de diciembre de 2009

Todo.Nada

Después de todo, todo ha sido nada
a pesar de que un día lo fue todo;
después de nada o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡todo!" y el eco dice "¡nada!",
grito "¡nada!" y el eco dice "¡todo!",
ahora se que la nada lo era todo
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada,
era ilusión lo que creía todo
y que en definitiva era la nada...

qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo;
¡después de tanto todo... para nada!

Si muero, que me pongan desnudo,
desnudo junto al mar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.

Si muero, que me dejen a solas.
La mar es mi jardín.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.

Oiré la melodía del viento,
la misteriosa voz.
Será por fin vencido el momento
que siega como hoz.

Que siega pesadumbres. Y cuando
la noche empiece a arder,
soñando, sollozando, cantando,
yo volveré a nacer.

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