jueves, 7 de enero de 2010

Poemas de extrapelo

Robé la luna sin miedo una noche que alegremente fumé.
Te la entregué metida en un sueño pa que te bañes en sus mares de miel.
Y con juncias te hago un velero y de velas, utilizo mi piel,
pa que navegues por donde quiera el viento, y yo te pueda oler.
Y comer de ti si tengo hambre.
Y beber en ti si tengo sed.
Volver a fumar y columpiarme en arbustos a punto de florecer.
Dejé abierta un poco la ventana, pa que mañana, te venga a despertar
una manada de estrellas rezagadas con agua de manantial
y con sus manos laven tu dulce cara, mientras recitan poemas de estraperlo,
que un día quedaron clavados en las ramas de los árboles viejos.
Y traen de espejo un charco de agua clara y con sus manos peinan tu negro pelo.
Como perfume, usan romero y jara; de melodía: jilgueros.
De melodía jilgueros que invitan a salir del agujero.
Y abro pa ti, en mi un sendero.
Puedes elegir ruta y paisaje.
Volveré a fumar y a columpiarme, pero no te alarmes, que ahora vuelvo.
A comer de ti pues tengo hambre.
A beber en ti pues tengo sed.
A fumar de nuevo y columpiarme, antes de ensuciarme otra vez.
Pues tengo hambre, pues tengo sed
y columpiarme antes de robar el amanecer.

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