domingo, 31 de enero de 2010

Hola. Qué tal.

Miedo, un mes; Dices muchas cosas tú ¿Qué tenemos por miedo, vida mía, qué se puede temer? A mi hace años que dejó de asustarme la vida, no tenía nada más sustancial o aterrador que la noche o la oscuridad, o el Raval que tanto aterrorizaba a Varda como para no salir por él.

No es nada para mí, sólo es un aliciente para la prudencia; Nunca he tenido expreso miedo por nada, he vivido en un barrio peligroso, rodeado de droga y armas y nunca he temido por mi. No he podido ser egoísta nunca, y aunque generalmente los demás me son indiferentes no puedo hacer oídos sordos a mis amigos, familia, ni a la que tengo en el corazón. La vida se vive, y a veces sabe mejor y a veces peor; Las calamidades, con el tiempo, son compensadas por alegrías, por eso no me da miedo. Siquiera la pérdida, porque lo bien vivido no nos lo llevamos, se queda aquí y nos alegra con el recuerdo y la añoranza.

Otro mes, y aún no te me he hecho pesado; Si ya repito cosas y desvarío, allá tu salud mental si me quieres seguir escuchando. Sé que no he sido como debiera esta semana, te mereces más cariño del que te he expresado, y lo tendrás pagado con creces pronto. Te quiero, te deseo y te amo, amor; Tú eres la vida para mi, otro motivo por el que no tengo miedo.

Siempre me base en tres pilares, en mi vida; Mi familia, extensa y diversa que es pero familia de principio a fin, unidos y todos en contacto; mis amigos, que son los colegas desperdigados que tengo por mi barrio, Ken y pocos más; Y el tercero lo formas tú. El portal de mi vida está sostenido por tres columnas corintias donde una, resquebrajada, aún resiste y la última, que se derrumbó, se volvió a alzar con una fuerza indomable. Es así como me siento, y como percibo mi propia vida.

Entiendo que lo que me propongo hacer para mi futuro próximo me va a exigir, y puede que no sea capaz. Realmente temo que no sea capaz de sacar adelante este año de universidad, justo voy ya; Pero es un temor vago, como yo temo las cosas; Si ocurre, sólo se me ocurren alternativas y soluciones, no desilusión ni depresión. Eso no me apaga. No me da miedo; No. Pero este curso, esta oposición, la he de sacar a cambio de mi tiempo de ocio - que demasiado tengo, juraría - e implica un sobre esfuerzo temporal que me agotará y me malhumorará, seguro; Te necesito, porque sin ti, sin las fuerzas que das sin siquiera proponerte lo, no entiendo que pueda hacerlo.

Ayúdame y acompáñame en este camino que tengo delante para que pueda concluir en un cruce donde nos juntemos y ya sigamos caminando en la misma dirección, la misma calzada y cogidos de la mano a fin de no perdernos entre nosotros. Hay sendas que sólo pueden avanzar, no se puede volver atrás; Lo que hemos andado, amor, no desaparecerá. Sigamos escribiendo un relato de viajes.

No te atormentes con una pelea ni con las que vendrán. Me decían una vez que a quien más queremos... más daño sabemos hacer, inconscientemente incluso.

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